2000 años de secretos hundidos en el Museu de la Pesca de Palamós

En el fondo de las aguas de la bahía de Port de la Selva reposan, desde hace unos 2.000 años, los restos de dos barcos hundidos en la época ibérica que fueron bautizados con los nombres de Cala Cativa y Cap del Vol, que son los lugares donde los localizaron. El buen estado de conservación de los restos permitieron el estudio de los mismos y se determinó que eran barcos romanos con cargamentos de vino, pero que no eran naves romanas convencionales: las características de su arquitectura naval eran bastante diferentes de otros pecios (barcos sumergidos) de la misma época. El calado era menor de lo habitual y la quilla era poco pronunciada, lo que permitía a nuestros antepasados ​​realizar comercio de cabotaje entre los puertos interiores de Cataluña y el sur de Francia, cuando el litoral estaba surcado de marismas y humedales.

Durante siete años los miembros del Centreo de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) han investigado y han estudiado los restos del Cala Cativa y el Cap del Vol, lo que ha permitido profundizar en el conocimiento del tipo de barcos y navegación de hace más de 2.000 años. En colaboración con el Museo de Arqueología de Cataluña y con el objetivo de divulgar de manera amena y pedagógica los resultados de las investigaciones, estos dos agentes imprescindibles del ámbito de la arqueología de nuestro país, con la complicidad del Museo de la Pesca de Palamós, han producido la exposición Navegants d’Aiguamolls. 2000 anys de secrets enfonsats (Navegantes de Humedales. 2000 años de secretos hundidos), que se puede ver hasta el próximo 15 de septiembre y que tiene dos sedes: el mismo Museo de la Pesca y la Capilla del Carmen de Palamós.

La muestra está dirigida a un público familiar y ofrece, de manera didáctica, lúdica y muy comprensible, a través de la experimentación, una explicación completa del comercio y la navegación en la antigüedad, los puertos, los barcos y los productos que transportaban, así como de las rutas marítimas que seguían los íberos, además de introducir al visitante en el fascinante mundo de la arqueología submarina. La primera parte de la exposición se encuentra en la Capilla del Carmen, en medio del casco antiguo, donde se puede admirar una réplica a escala real de una embarcación de época ibérica de 9 metros de eslora. En el Museo de la Pesca la muestra se centra en la navegación y las mercancías. Esta exposición se inauguró en Barcelona en 2017 e inició su itinerancia el año siguiente, viajando a Francia, de donde llegó el mes de marzo en Palamós.

La exposición va acompañada de una serie de actividades paralelas que tiene como objetivo divulgar y valorar la cultura íbera del territorio. Visitas comentadas a la exposición, visitas guiadas al poblado íbero de Castell, bajo el lema Los íberos y el mar o demostraciones en directo y degustaciones (show-cooking) de la cocina de los íberos y los romanos en el Espai del Peix del museo. Podéis consultar horarios y actividades en este enlace.