De Olot a Sant Hilari, una ruta para conocer oficios artesanos

Olot, Santa Pau, Tortellà, la Bisbal d’Empordà, Quart, Breda y Sant Hilari Sacalm son los diversos focos de atención de la ruta para descubrir oficios artesanos que propone el Consorci de Comerç, Artesania i Moda de Catalunya, que transcurre por las comarcas gerundenses y que forma parte de la colección de 8 rutas que este consorcio propone en todo el país. La ruta descubre algunos de los oficios artesanos en nuestras comarcas, combinándolo con cuentos y leyendas, vinculadas a los distintos lugares y oficios.

El itinerario se pone en marcha en Olot, la capital de la Garrotxa, una tierra volcánica que es una característica que condiciona su talante y el de sus ahbitantes. Olot era y es un centro aglutinador de comercios y actividad de una incontestable tradición artesana que ha sido capaz de reconvertirse, sin perder esta característica, hasta el punto de ser reconocido como Punto de Interés Artesanal de la Generalitat de Catalunya. Un ejemplo bien claro de este espíritu renovador es el Museu dels Sants, un espacio dedicado al oficio artesano de la imaginería religiosa. Este equipamiento acoge el taller llamado L’Art Cristià, que todavía está en funcionamiento, produce piezas que se exportan a todo el mundo y posee la acreditación de Oficio Singular de la Generalitat de Catalunya.

Pareja practicando senderismo en la Fageda d’en Jordà, en la Garrotxa.

El segundo punto de la ruta es la pequeña localidad de Santa Pau, conocida por uno de los exquisitos productos que se cultivan, el frijol de Santa Pau, con denominación de origen protegida y también porque su término municipal incluye la mayor parte de la Fageda d’en Jordà, un bosque excepcional con apariencia de bosque de cuento, que se asienta sobre una colada de lava procedente del volcán del Croscat. Una visita que os resultará inolvidable si, además, pasáis por la Cooperativa La Fageda para conocer uno de los proyectos de transformación social más importantes y estimulantes de Europa, de donde salen los “mejores yogures del mundo”.

Las cucharas gigantescas

Al llegar a Tortellà, si no estáis avisados, es muy posible que os quedéis de pasta de boniato cuando veáis que las farolas de la calle tienen la forma de cucharas gigantescas. Esto se explica por la dilatada tradición de los artesanos de la villa en la elaboración de utensilios de cocina con madera de boj y de hecho todavía se fabrican. Las cucharas de Tortellà tienen la acreditación de Oficio Singular de la Generalitat de Catalunya y son un símbolo, por eso se explica la forma de las farolas.

Abandonamos la Garrotxa para ir hacia el Baix Empordà, concretamente a la que podemos llamar la capital de la cerámica, la Bisbal d’Empordà, donde se encuentra la Escuela de la Cerámica, que tiene una proyección internacional y cuenta con el reconocimiento de Zona de Oficios Singulares de la Generalitat de Catalunya. El primer parón, que es obligado, deberéis hacerlo en el Terracotta Museu, una fábrica de cerámica rehabilitada que, además de realizar las funciones de museo, es un centro de interpretación de la cerámica que aloja también salas de exposiciones permanentes y temporales. Consta de un fondo de 10.000 piezas y ofrece un abanico de talleres y actividades pedagógicas diversas con las que pretenden promocionar la cerámica. Las tiendas y talleres de ceramistas de La Bisbal se concentran en la calle de l’Aigüeta, punto de visita ineludible. No muy lejos, a menos de 40 kilómetros, ya en el Gironès, encontramos la villa de Quart, otra localidad vinculada profundamente con la alfarería. Concretamente la artesanía de la cerámica negra y roja tiene el reconocimiento de Oficios Singulares de la Generalitat de Catalunya y son visitas obligadas la Confradia de les Olles, el Museu de la Terrissa, Bonadona Terrissers, Rajoleria Quintano o Ceràmiques Marcó, donde podréis conocer diversas formas de trabajar este material.

La alfarería de Breda

La Selva es la segunda comarca gerundense más habitada detrás del Gironès y la segunda más extensa detrás del Alt Empordà, comarca con la que comparte la particularidad de contar con zona marítima y zona interior, en el caso de la Selva con algo más de montaña. Breda es nuestra parada, para conocer su pasado y presente alfarero. La mayoría de comercios de cerámica y alfarería están situados en la carretera de Arbúcies, el eje viario que atraviesa el municipio. La alfarería de Breda se ha convertido en un icono, ya que forma parte del patrimonio cultural de la villa desde el siglo XV y dispone de su propio terrero, ubicado en la población vecina de Riells, que provee una arcilla muy refractaria, idónea para producir piezas para cocinar en el fuego.

Piezas que se pueden ver en el Centre Artesà de la Torneria. Foto: La Selva Turisme.

Les Guilleries, macizo montañoso que fue escenario de la mayoría de pasajes de la vida del popular bandolero catalán Joan de Serrallonga, es un punto de interés antes de llegar al destino de la ruta: Sant Hilari Sacalm. En esta localidad, la especialidad artesana es la carpintería y tornería. El visitante puede sospecharlo al ser recibido con un objeto peculiar que sólo se podría encontrar en un mundo de fantasía, la peonza más grande del mundo, un juguete de casi 5 metros de altura hecho con madera de pino. La visita obligada se encuentra en el Centre Artesà de la Torneria, un espacio dedicado a la madera quemada y trabajada al torno para hacer mobiliario y objetos de decoración. Se programan demostraciones de cómo se trabaja la madera y han desarrollado un programa de apoyo a la innovación: el Cat Creació.

Imagen destacada: Museu dels Sants. Foto: Blai Farran.