El Gironès, una comarca que os proponemos que redescubráis

En este post os propondremos redescubrir la comarca del Gironès. Al abrigo de la capital, Girona, la comarca presenta una riqueza cultural y patrimonial impensada que se despliega ante el visitante a medida que éste, después de haber quedado deslumbrado por Girona, recorre el resto de las localidades de la comarca. Las propuestas que os haremos se recogen en la guía editada por el Consejo Comarcal del Gironès, a través de Turismo Gironès, que se puede descargar en su sitio web.

Las visitas imprescindibles

La historia y la cultura han dejado su huella en el Gironès en forma de restos arqueológicos, desde los conjuntos megalíticos de las Gavarres hasta los testigos romanos y medievales de la capital, Girona. Hay que visitar el yacimiento arqueológico de Castellum Fractum, en la montaña de los Sants Metges de Sant Julià de Ramis, una fortaleza tardorromana edificada entre los siglos IV y V dC sobre un antiguo poblado ibérico del siglo VI aC. Al borde está el yacimiento del Pla de l’Horta, que data de mediados del s. I aC.

Castellum Fractum de Sant Julià de Ramis.

También es digno de visita la Torratxa o Torre dels moros de Vilablareix, un monumento funerario en medio de cultivos excelentemente conservado. Estos yacimientos muestran hallazgos de lo que eran las villas romanas suburbanas, relacionadas con la fundación de Girona y ayudan a entender su origen.

La visita a la capital, Girona, es indispensable: dos mil años de historia, un patrimonio impresionante y uno de los núcleos medievales más interesantes y bellos de Europa. La Catedral, Sant Feliu, los Baños Árabes, el Paseo Arqueológico; estilos románico, gótico o neoclásico y elementos icónicos como el Puente de las Pescaderías Viejas (Puente Eiffel), las casas del Onyar, la Casa Masó o la Rambla de la Llibertat.

Capital aparte

La influencia y grandiosidad de la capital esconde en cierto modo que en el resto de la comarca la historia y el patrimonio de época medieval son muy importantes y muy presentes. El Gironès contaba con un gran número de familias nobles y caballeros, que residían en castillos, algunos ya mencionados en los siglos IX-X, y que luego se transformaban en residencias acomodadas y hoy son auténticos palacios rurales fortificados, como los castillos de Cartellá y Margarit en Sant Gregori o las torres de Palau Sacosta en Girona. Al abrigo de algunos de estos castillos crecieron núcleos medievales como los de Llorà o Canet d’Adri. Hay que visitar Madremanya, Sant Martí Vell, Sant Jordi Desvalls, Llagostera o Cervià de Ter, que creció a los pies del castillo y conserva aún la trama urbana original e importantes fragmentos de muralla.

Madremanya. Foto: The Collective. Archivo Imágenes PTCBG.

La variedad del paisaje y la organización del territorio alrededor de sus recursos naturales dio lugar a oficios y técnicas artesanales, que perduraron: carboneros, corcheros, cesteros, alfareros… Algunas de estas técnicas se han convertido en la actualidad en verdaderas industrias, como la cerámica de Quart, el papel de Sarrià de Ter o el corcho de Cassà de la Selva. Todo ello se ha traducido en multitud de espacios que han sido conservados y que nos permiten conocer la herencia industrial de pueblos y ciudades, como la acequia Vinyals de Flaçà, las centrales hidroeléctricas de Bescanó o el Museo del Agua y la acequia Monar de Salt.

Monumentos y museos

Museu d’Art de Girona. Foto: Rafael Bosch. Archivo Imágenes PTCBG.

En cuanto al arte y la cultura, a la arquitectura religiosa y los museos esparcidos por el territorio, se hacen necesarias las visitas a los monasterios de Sant Pere de Galligants (sede del Museo de Arqueología de Cataluña) en Girona i de Sant Daniel, al priorato de Santa María de Cervià de Ter y a varios santuarios y ermitas: al oeste, el de Rocacorba, en Canet d’Adri, o el más simbólico del Gironès, el Santuario de los Ángeles, situado en el punto más alto de las Gavarres. De entre las muchas ermitas que hay esparcidas por el territorio, destacan las ermitas de la Vall del Llèmena, la de Sant Grau a Sant Gregori, la de Sant Roc en Vilablareix, o la de Sant Cristòfol del Bosc en Llambilles. En cuanto a equipamientos museísticos, en la comarca hay una docena, más de la mitad en Girona y tan relevantes como el Museo del Cine, el Museo de Historia de los Judíos, el Tesoro de la Catedral, el Museo de Arte de Girona, el de Historia de la Ciudad, el Museo de Arqueología de Cataluña y la Casa Masó. Pero también los hay repartidos en el territorio: Museo de la Cerámica (Quart), Museo del Agua (Salt), Museo de Herramientas Antiguas del Campo y Oficios Tradicionales (Campllong) y Museo Raset de Arte Moderno (Cervià de Ter).

Dor Museum

El equipamiento museístico más reciente del Gironès es el Dor Museum, situado en la cima de la Montaña de los Sants Metges y de iniciativa privada. Este museo merece, sin duda, más de una visita. Su exposición permanente incluye obra de artistas y diseñadores de joyas como Amador Braojos, Elsa Peretti, Octavi Sardà, Pedro Ferrándiz, Rosa Bisbe, Antoni Farré o el Taller Munsteiner, además de salas dedicadas a la gemología, joyería y platería civil. En cuanto a exposiciones temporales, hasta el 2 de diciembre se podrá ver obra del polifacético Josep M. Subirachs (esculturas, dibujos, pinturas, grabados, litografías, carteles, tapices, escenografías y diseños de joyas y de medallas) y, hasta el 30 de septiembre, también se podrá visitar la exposición Pilar Garrigosa. Private Collection, una selección de obras maestras que va de la década de 1970 hasta la actualidad.

DOR Museum.

El Dor Museum tiene otros centros de interés, uno artístico y otro gastronómico. La visita al Espacio Quim Hereu se hace imprescindible. Se trata de un paseo por la corriente artística del «estrambotismo», nacido en Cataluña, que busca la fusión de la cordura y la locura. El visitante entenderá la creatividad, la inspiración y como siente esta corriente artística el mismo pintor. DOR Museum presenta cuadros de su trayectoria de 30 años pintando, así como la trilogía de El Tiempo, El Poder y La Libertad, dos aceites de 12x6m y un tercero en proceso de creación. El centro de interés gastronómico es el DOR Restaurante, un servicio donde la gastronomía local y los productos de la tierra son su esencia. Un espacio único que combina la tradición y la modernidad con el sello del chef Jordi Cruz.

La sala de la cúpula del DOR Museum.