Si cruzáis el Onyar por uno de sus puentes, seguro que la vista se os irá hacia la preeminente casa blanca que preside la magnífica curva del río entre la plaza de la Independència y la calle de las Ballesteries. Una casa blanca de resonancias mediterráneas que ofrece un contrapunto a los ocres y rojizos del entorno. Es la Casa Masó, pieza indispensable de la iconografía de la ciudad y que esconde un tesoro de recuerdos y piezas artísticas que complementan el excelente trabajo arquitectónico que hizo en ella Rafael Masó a partir de 1910. La Casa Masó ofrece visitas guiadas de martes a sábado que permiten penetrar en el universo familiar de hace cien años y en el ambiente de la Girona más genuina. Los espacios interiores, el mobiliario y las piezas de arte nos transportan a las primeras décadas del siglo XX, a la atmósfera cultural que propició el Noucentisme. Pinturas familiares y también de ilustres autores, esculturas, fotografías antiguas, libros sabios ajados por múltiples lecturas, todo ello nos habla de un tiempo y de una gente que nos precedieron y que dejaron su huella.
El comedor, las habitaciones, la galería, espacios de vida cotidiana, rincones para la lectura y el bordado paciente de las mujeres, la cocina, el espacio de la colada, todo ello para ver en qué hemos cambiado y qué permanece, poco o mucho, igual en nuestros días. La casa se puede visitar también de noche, cuando la penumbra y los reflejos de lámparas y espejos aportan la mágica sensación de entrar en otro tiempo. La propuesta se acaba con una cata de cerveza artesana Moska a orillas del río. Y como complemento, este verano ofrecemos la muestra Els Masó, artistes i col·leccionistes (Los Masó, artistas y coleccionistas), donde podemos profundizar en el legado artístico de la familia para entender como de esencial puede llegar a ser el arte en la vida y en el quehacer diario.
Rosa Maria Gil (Técnica de la Fundació Rafael Masó)
Imágenes: Fachada del río de la Casa Masó, Fotografía de Jordi Puig. © Fundació Rafael Masó. 2017. / Interior de la galería que da al río. Fotografía de Jordi Puig. © Fundació Rafael Masó. 2017.