El mes de agosto se presenta idóneo para nuestra propuesta de este post, que es visitar el Museu d’Art de Girona, aprovechando para revisar o descubrir su colección permanente, pero también para disfrutar de dos exposiciones presenciales y una virtual. Actualmente, el equipamiento gerundense, situado en un edificio de altísimo valor patrimonial como es el Palacio Episcopal, situado junto a la Catedral de Girona, alberga dos exposiciones que os animamos a visitar.
Una de estas exposiciones es la muestra Postectura. La construcció del demà (Postectura. La construcción del mañana), que podrá verse hasta el 11 de septiembre y que repasa la trayectoria colectiva e individual de los miembros del grupo artístico llamado Postectura, fundado en 1950 y formado por Josep M. Subirachs, Francesc Torres Monsó, Ricard Creus, Joaquín Datsira, Jordi Martí Massó, Josep Martí Sabé y Esther Boix. Durante los años cuarenta y hasta bien entrados los años cincuenta, debido al control que ejercía la dictadura sobre las principales instituciones artísticas del país (museos, galerías y centros de enseñanza), surgió una nueva generación de artistas formados durante los años de posguerra que coincidieron en la Escuela Llotja de Barcelona, que no se libraba de la presión gubernamental y que tenían ganas de romper con el nuevo orden establecido y tratar de encontrar nuevas vías de expresión a través de un lenguaje que les fuera propio.

Durante la época aparecieron numerosas agrupaciones formadas por artistas jóvenes, aventuras colectivas, algunas de las cuales recibieron un apoyo considerable y lograron tener una incidencia notable y otras más pequeñas, que también se abrieron camino para iluminar el mundo de la cultura durante unos años que resultaron oscuros. Es el caso del Grup Postectura, formado por los pintores Ricard Creus, Joaquim Datsira y Esther Boix y los escultores Torres Monsó, Subirachs y Martí Sabé, y objeto de la exposición que valora su trayectoria, comisariada por Bernat Puigdollers. Los integrantes de este grupo se esforzaron por renovar las artes plásticas del país y desarrollaron carreras artísticas relevantes. Postectura, como el resto de grupos de la posguerra, no trabajaban por intereses individuales, sino con anhelos colectivos. Trabajaban para crear un nuevo ambiente artístico más libre y moderno, trabajaban para el mañana. El grupo tuvo una vida efímera, representó la entrada en el mundo de las artes de algunos de los artistas más destacados de las segundas vanguardias catalanas y se constituyeron como una apuesta por la modernidad, con más futuro que realidades y sin embargo significó un paso adelante en el proceso de recuperación cultural y artística del país.

El dibujante que amaba Girona
Santiago Mateu i Pla (Malgrat de Mar 1891-Badalona 1935) es un artista casi desconocido, al que el Museu d’Art de Girona dedica, hasta el 1 de noviembre –Santiago Mateu i Pla. El dibuixant que estimava Girona-, una exposición con producción del Museo de Badalona. La valía de Mateu era considerable en el campo del dibujo, en el que llegó a alcanzar un estilo personal y una cierta notoriedad. Ésta es la primera exposición monográfica que se le dedica, después de que la historiadora del arte Núria Casals investigara en la biografía del artista y localizara una cantidad considerable de obras suyas, tanto en el Museo de Badalona como en el Museu d’Art de Girona, ciudad con la que el artista tuvo mucha relación.

Mateu se dedicó básicamente al dibujo a la pluma y al carbón y sus obras le valieron el elogio de algunos críticos, sobre todo de Joan Sacs (Feliu Elias), así como también mereció algunas distinciones, como las que obtuvo en 1931 en un concurso coordinado por el Centro Excursionista de Catalunya, en el marco de un proyecto de estudio de la masía catalana. El dibujante se centró en vistas urbanas –con especial predilección por Girona–, marinas, jardines, masías y paisajes en general. Partiendo de formas académicas, su estilo evolucionó, hacia trazos muy libres y espontáneos. También empezó a practicar un dibujo detallista y minucioso. Mateo se dedicaba al dibujo, pero también escribía. Aparecieron artículos suyos en la prensa de Girona, especialmente en El Autonomista, el periódico republicano que dirigían los hermanos Darius y Carles Rahola, donde publicó sobre todo textos dedicados a artistas catalanes contemporáneos, como los caricaturistas Lluís Bagaria y Feliu Elies (Apa) o los pintores gerundenses Manuel Pigem i Ros y Josep Gelabert, entre otros. Con Carles Rahola mantuvo una interesante correspondencia y tenían el proyecto de ilustrar un libro del propio Rahola, con dibujos de paisajes gerundenses. El proyecto nunca llegó a materializarse.

Caleidoscopio femenino
A las dos muestras presenciales, este verano se le suma una virtual, titulada Caleidoscopio femenino. Mujeres, objeto y atracción en la obra de Anglada-Camarasa, comisariada por Cristina Ribot. El pintor Hermen Anglada-Camarasa (Barcelona, 1871 – Puerto Pollensa, 1959) es considerado el pintor catalán con mayor proyección internacional de entre los pintores anteriores a las vanguardias. Fue integrante de la segunda generación modernista en Cataluña y representante destacado del postimpresionismo. Recibió clases de los maestros Modest Urgell y Tomàs Moragas y se trasladó a París para proseguir su formación, donde quedó fascinado por la innovadora luz eléctrica y la mujer parisina, por lo que empezó a retratar escenas de la vida nocturna del París mundano y elegante, centrándose en el retrato de la prostitución de lujo.

Anglada es conocido como paisajista, pero sobre todo por sus representaciones de mujeres que realizó principalmente durante los años que residió en París: desde cortesanas parisinas, pasando por gitanas, folclóricas españolas (valencianas, andaluzas y madrileñas), hasta retratos de madames y aristócratas. La exposición se divide en cinco ámbitos: ámbito 1, Las primeras mujeres; ámbito 2, La cortesana parisina; ámbito 3, La gitana; ámbito 4, La folclórica española y ámbito 5, Retratos.