Kris Ubach es una viajera vocacional y fotógrafa, amante de los deportes de aventura y desde hace quince años fotoperiodista profesional, especializada en viajes y turismo. Es la autora del e-book Un viaje sensorial. Rutas culturales y del bienestar por la Costa Brava, que publicó el Patronato de Turismo Costa Brava Girona y que ahora ha publicado el segundo volumen de la colección, Un viaje sensorial II. Rutas culturales y del bienestar por el Pirineo de Girona. Son volúmenes muy visuales, con imágenes maravillosas, y cada uno de ellos propone hasta cuatro rutas. Es también una manera diferente de conocer el Pirineo gerundense, después de las primeras cuatro rutas, que os permiten descubrir varios aspectos de la Costa Brava. Además, lo mejor de los libros es que no se trata de volúmenes impersonales, sino que están narrados en primera persona, porque de esto se trata, de narrar una experiencia en persona, algo vivido, por lo tanto algo verdadero y genuino, auténtico .

En la introducción del libro, Ubach trata de hacer un resumen del contenido, tratando de describir algunas de las experiencias que os encontraréis: “Un paseo a cámara lenta. Las claves de una ermita milenaria. Una infusión de saúco. Arte hecho con piñas, corteza de árbol y carbón. Llenar una bañera de espuma. Un «trinxat» y un vino de altura. Arquitectura sorprendente y orgánica. Cerrar los ojos, respirar profundamente. Cerámica íbera y monedas romanas. Aromas de pino, musgo y tierra mojada. Cocina vegana debajo de las estrellas. Una cama con dosel…” La autora centra la experiencia, sobre todo, en los sentidos.
Los cuatro itinerarios propuestos tienen el objetivo de reconectar al visitante con la tierra, para volver a tomar conciencia del entorno y del propio yo. Se trata de vivir a una velocidad diferente, prestando atención a los olores, conociendo los tipos de plantas pirenaicas y sus propiedades como las conocen nuestros abuelos. De Meranges a Olot, De la Alta Garrotxa a Puigcerdà, de la Vall de Núria a la Alta Garrotxa y de Sant Joan de les Abadesses a Llívia, Kris Ubach y el Patronato de Turismo os invitan a hacer estas cuatro rutas con los sentidos a flor de piel.

La ruta de regreso a la tierra. De Meranges a Olot
El inicio de la ruta se sitúa en el Estany de Malniu, en la Cerdanya, donde Kris Ubach ha quedado con la artista Laia Bedós (Bonaterra) para realizar una sesión de arte-terapia: “La idea de este taller -explica Laia- es que expresamos emociones a través de la pintura y que a la vez conectamos con la naturaleza. No venimos a pintar cosas bonitas, ni a buscar un resultado estético interesante: la pintura es sólo una herramienta para que pasen cosas en nuestro interior.” El objetivo es desbloquear la expresión de las emociones, un desbloqueo que tiene efectos terapéuticos. El itinerario también incluye un encuentro con Marta Mateu, de la Cooperativa Selvans, para una sesión de Baño de Bosque que tendrá lugar en el Pla de la Barraca, en el extremo del Parc Natural de les Capaçaleres del Ter i del Freser, en un espeso bosque de pino silvestre, un bosque terapéutico. Además de este bosque para hacer baños, también existen el Bosque Salvador Grau (Les Preses) y el Bosque de les Olletes (Vall d’en Bas). La siguiente estación es la casa de la artista y yogui Misha Rusch, la masía de Can Perramon, una residencia de arte. En Olot es imprescindible realizar una ruta para conocer el trabajo de RCR Arquitectes, de la mano de Mireia Tresserras (EducArt): el pabellón de baño, el estadio de atletismo, el parque de Pedra Tosca o el restaurante Les Cols.

La ruta del silencio. De la Alta Garrotxa a Puigcerdà
Insistencia en el silencio para poder escucharnos a nosotros mismos. La ruta comienza en el valle de Hortmoier, en la Alta Garrotxa, uno de los rincones más vírgenes y desconocidos del Pirineo de Girona, de la mano de Beth Cobo, de Trescalia, una gran conocedora de la comarca. El itinerario lleva a la protagonista a la Pinya, en la Vall d’en Bas, donde Inés Puigdevall abrió uno de los primeros alojamientos rurales de Cataluña, el Mas Garganta. Y de allí, días después, de vuelta a Olot, a hacer una sesión de chi-kung con Mónica Traviesa en las Fonts de Sant Roc, a orillas del río Fluvià. El chi-kung es una práctica milenaria, parte de la medicina china, que tiene puntos de contacto con el yoga y pretende eliminar los bloqueos físicos y espirituales. La Oficina de Turismo de la Cerdanya es la siguiente parada, para realizar una de las rutas llamada Llaves de las Iglesias, en este caso de la mano de la experta guía local Pilar Aláez. Santa Maria d’All, Santa María de Quadres y Sant Climent de Talltorta son las paradas de este itinerario, que termina en el Hotel Villa Paulita, junto al lago de Puigcerdà.

La ruta de las flores pirenaicas. De la Vall de Núria a la Alta Garrotxa
En la Vall de Núria, Kris Ubach empieza el día subiendo al mirador de la Creu d’En Riba con Carlos Folguera, un experimentado guía local, para recorrer el Camío dels Enginyers hasta el refugio de Coma de Vaca. Gencianas, lirios de los Pirineos y amapolas salpican el camino hasta Queralbs y toca reposar en el Hotel Rural-Spa Resguard dels Vents, de Ribes de Freser, con sesión de spa y masaje con aceites esenciales incluidos. La siguiente jornada comienza en el Jardí Botànic de Gombrèn, a cargo de Anna Ortega, Conxita Cortina y Lluís Borrell, que decidieron crear un jardín de plantas medicinales en su propia localidad. Cuando se conocen las plantas y sus propiedades, se utilizan, éste sería el lema. Aparte de cuidar el jardín, hacen divulgación e imparten talleres de usos terapéuticos o culinarios entre otras cosas. Olot es la siguiente parada, concretamente el Museo de la Garrotxa, para realizar posteriormente la ruta del Modernismo, pasando por delante de la Casa Solà Morales, la Casa Gassiot, la Casa Gaietà Vila, hasta entrar en la Casa-Museo Can Trincheria. Es el momento de dirigirse a Oix, en el Mas Pineda, donde Anaïs de Villasante, de Aromes al Bosc, presenta la experiencia gastronómica Restaurante de una Mesa: un servicio de platos vegetarianos, ecológicos y de temporada condimentados con hasta una treintena de plantas silvestres.

La ruta de nuestros abuelos. De Sant Joan de les Abadesses a Llívia
Este recorrido por la historia de nuestros ancestros arranca en Sant Joan de les Abadesses, en el Molí Petit, donde trabaja el educador ambiental Xavier Bachero. El molino es un eco-museo y también la sede del Centro de Educación Ambiental Alt Ter. Ripoll cae cerca y es ineludible la visita al monasterio de Santa Maria, uno de los más importantes de Cataluña, con su impresionante portalada, pero también vale la pena visitar el Museo Etnográfico. La siguiente parada está en el antiguo Balneario de Montagut, situado en un edificio modernista que ahora es un domicilio particular. El Santuario de Montgrony y la iglesia de Sant Pere también deben visitarse, haciendo estancia en la hospedería de Montgrony. Por el collado de Tosses se llega a la Cerdanya y en Bolvir se puede visitar el Espai Ceretània, el pequeño museo y centro de interpretación del yacimiento ibérico de Castellot. La última parada es en Llívia, en Llivins, donde los ingenieros agrónomos Anna Baqués e Isaac Rigau decidieron recuperar el cultivo de la viña.
Fotos: Kris Ubach.