La pieza que presentamos es un vaso de boca cuadrada de cerámica hecha a mano, que formaba parte del ajuar funerario de una tumba de la Necrópolis neolítica de Sant Julià de Ramis (4200-3500 aC.). El entierro donde se descubrió este vaso de boca cuadrada era una tumba sencilla, una fosa de planta elíptica, con un individuo inhumado, muy típica de la cultura de los sepulcros de fosa del neolítico pleno. Al difunto se le enterraba con todo de piezas que formaban su ajuar funerario. En el caso de esta tumba, junto con el vaso de boca cuadrada, se encontraron cuatro vasijas cerámicas más y ocho punzones de hueso. El ritual funerario de la época consistía en colocar este material en la parte superior del cuerpo, a un lado o alrededor de la cabeza. La tumba se cubría con unas losas de piedra y se supone que por encima, a modo de protección y señalización, se construía un túmulo o círculo de piedras.
Buena parte de los vasos de boca cuadrada encontrados en la Península Ibérica se localizan en Cataluña. Aunque estas piezas encontradas en nuestro país guardan paralelismos con la cultura neolítica de Lagozza del norte de Italia, conservan unos rasgos propios que los diferencian: las formas y ausencia de decoraciones. Todas estas características hacen pensar en una producción local de una forma cerámica foránea, que implica la circulación bien de ideas, bien de grupos humanos.
Esta Necrópolis fue excavada en 1955 por Juan Sanz y Francesc Riuró, conjuntamente con la necrópolis del mismo periodo del Puig d’en Roca, que fue descubierta ese mismo año. El conjunto de tumbas se encontró cuando hacían obras para cimentar los silos de una fábrica de cemento «Cementos y Cales Pérez Cifra, S.A ‘.
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